Cuántas sutilezas en estos espectros, en parte autoconscientes, y aún así persistentes en su espectralidad, incapaces de arrojarse al lago, por miedo. ¿Quién quedaría desnudo si todos los espectros se arrojaran al lago?
Desde luego, existe el espectro del envejecimiento, del temor a envejecer (el temor es la madre de todos los espectros) y, sin embargo, todo espectro es, en sí mismo, viejo, pues es un automatismo, un condicionamiento, en suma, una repetición de algo aprendido, que quizá fue útil (o no) alguna vez. Es por nuestros espectros que somos a menudo incapaces de ver la novedad incesante que se nos presenta.
Más allá de todo esto, el texto me pareció sumamente interesante, elegante, sutil, bien escrito, profundo.