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Rosiris Sofuá.
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septiembre 13, 2020 a las 11:10 am #14288
Rosiris Sofuá
ParticipantePrimer día: 8:00 a.m
Lo primero que miro es el Ávila, majestuoso y sagrado, el corazón de caracas y la representación de Venezuela. Pienso en lo afortunada que he sido, vivir desde lugares donde visualizo la hermosa montaña. Siempre una parte me robaba la mirada y la admiración, la forma de una teta, redondeada con su pezón, como una mujer hermosa que se encuentra con la mirada al cielo, desnuda y libre.
Hoy desde mi ventana puedo admirarla, después de cuatro mudanzas, vivo al frente de la teta del Ávila, la que admire desde la infancia, no fue planificado, llegó… la vida y sus cosas, la vida y sus regalos… no pensé que podía estar visualizándolo.
En los laterales se encuentran dos edificios, uno es empresarial, puedo ver en las ventanas a las personas en sus oficinas hablando, escribiendo, tomando café. La verdad no me inspiran mucho, me gustaría eliminar ese edificio para tener mayor visión del Ávila. Del lado derecho se encuentra un hermoso edificio perteneciente a una televisora reconocida, se ven las grandes antenas, los ventanales de vidrio ahumado, el emblema en la parte superior, su signo… allí no se visualiza nada para adentro… me gustaría tener unos binoculares especiales para en tiempos de ocio mirar a los artistas, a veces soy un poco fanática de la farándula, a veces…
También miro la llegada de las coloridas Guacamayas, vienen en grupos, con su canto divinamente escandaloso… he tenido sus visitas en mi balcón, hoy no se acercan, las veo en otros balcones comiendo frutas que los vecinos ofrecen… azules con rojo, naranjas con amarillo, verdes y azules. Que hermoso es mi país.
Veo a la gente caminar por la calle del medio, unos van a la televisora y otros al empresarial, yo desde mi ventana puedo inferir que van con paso apurado y otros con mayor lentitud, casi reflexiva, pensativa.
Pienso que casi nunca miro por esta ventana, el devenir diario me conduce a la cocina, a la computadora y al teléfono… olvidando la montaña y a energía que me transmite, olvidando el colorido de las Guacamayas, el vuelo de las palomas y la gente andando…Día 4: 5:00 p.m
Ya llegan las Guacamayas… son muchas, están comiendo en la ventana cercana. Rápidamente voy a la cocina y busco un plátano, lo abro y lo tengo alzado, ellas inteligentemente vendrán, comerán. ¡¡¡Que emoción!!!
Tres hermosas Guacamayas, grandes y con ojos marrones intensos, comen del plátano, en momentos siento algo de temor, gritan cuando no les doy. Son tres, las tengo tan cerca.
Este ritual de su alimentación, me conmueve en lo profundo
Miro las ventanas y balcones de los vecinos, todos de alguna manera esperan la visita y ofrecen frutas. En medio del confinamiento es una bonita forma de socializar, de compartir.
Comen y se van a otra ventana, son agradecidas.
En mi ventana admiro las plantas que mi hija conserva, verdes y coloridas, parece una pequeña selva… tenía mucho tiempo sin admirarlas. Nuevamente pienso que me pierdo dentro de la casa y poco miro hacia afuera.
Esta actividad me está diciendo que es bonito y necesario mirar desde otras perspectivas…septiembre 15, 2020 a las 9:55 am #14293Gabriel Schutz
SuperadministradorDetenerse y contemplar. No se puede contemplar sin antes haberse detenido. Este ejercicio es una invitación a eso. En la aparente insignificancia de las ventanas de siempre, con “el mismo” paisaje del otro lado, eventualmente descubrimos cosas que el trajín de la vida nos impide ver, aunque estén allí todo el tiempo. ¿Qué piensan las personas mientras caminan rumbo a esos edificios? ¿Qué prisa mueve a algunos de ellos? ¿Qué otros seres viven del otro lado de la ventana? Cuando logramos salir de nuestro pequeño mundo, cuando, por así decir, nuestro “yo” desaparece, ganamos a cambio el mundo entero, con sus montañas magnificentes y voluptuosas, sus especies exóticas, sus coloridas plantas. Es precioso leer lo que has escrito, un pequeño triunfo de la mente sobre la agitación y la inercia. Me alegra mucho ver que este ejercicio tuvo ese efecto en ti. Y, lo que no es menor, me dieron ganas de mirar la montaña a través de tu ventana (lo que, teniendo en cuenta la forma de su pico, podría ser tenido por un acto de voyeurismo).
septiembre 15, 2020 a las 5:52 pm #14294Rosiris Sofuá
ParticipanteGracias Gabriel…
Es realmente mágico y transformador el proceso que permite cada actividad y mas aun el feedback. Detenerse y Contemplar en especial hacia adentro. colocare la foto del Ávila desde mi ventana en la siguiente actividad… Es un gusto mostrar nuestro símbolo caraqueño y muy venezolano.Un abrazo.
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