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Gabriel Schutz.
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mayo 26, 2020 a las 11:22 pm #13094
Agustin Emmanuel Espinosa Bataz
ParticipanteInseguridad
Haces cosas, fustigándote en el proceso
Logras cosas, tras todo el río de lamentos
Te ofreces, te muestras, sueñas, nunca en vano
¿En serio es necesario hacerlo todo, cabizbajo?Ahí te va una idea:
¿Y si, de inseguro, ya sólo tienes la etiqueta?———————-
Ansiedad
Me conoces, ¿no? Veo que eres muy amigo de un colega mío: la desconexión. No haces nada por un rato, y luego me presento yo para molestarte: “Oye, ¡te queda poco tiempo para hacer este trabajo!”. Me detestas, pero sabes que trabajamos en equipo: ¡ni siquiera entiendo bien cómo terminaste un capítulo de tu mentada tesis en dos días! Y, ¿sabes qué? Tengo una teoría: creo que hace meses, yo ni debería estar aquí. Creo que puedes expulsarme cuando quieras… pero, si me fuera, no podrías vanagloriarte de lo rápido que eres capaz de trabajar bajo una descarga de adrenalina, sensación que, por cierto, te encanta.
La verdad es que ni siquiera soy tu enemigo. Sólo soy el chivo expiatorio, el lobo en este cuento de hadas. Este día debiste dedicárselo a la falta de fuerza de voluntad, ¿no?
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Nostalgia
Soy un arma de doble filo: hoy te motivo, mañana estrujo tu corazón. Cosa curiosa, siendo este uno de tus mejores momentos; supongo que todo lo pasado se ve más brillante de lo que realmente era. Te recuerdo lo que tenías, lo que sentías, lo que eras… Cristal que vuelve opaco al presente. Hace no mucho tiempo, comenzaste a limpiar ese cristal. Creo que ni tú sabes bien cómo, pero ha funcionado para ti. Yo, aquí sigo, y siempre voy a seguir; sin embargo, me alegro de ver que, donde antes había lágrimas de desolación, hoy también las haya de agradecimiento.
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Insuficiencia
Inseguridad, ansiedad, nostalgia, miedo
Viejos amigos, no es fácil correrlos
¿Qué tanto eres tú?
¿Qué tanto son voces de fuera?La serpiente que se muerde
El círculo que se cierraEs cómodo quedarte donde siempre has estado
Y culpar a tus problemas por no haberlo ni intentado
¿Por qué tanta reserva en conocer tu propio techo?
No confundas la quietud con la parálisis del miedoEn 2013, perdiste, en el 16, también.
Soledad, rechazo, no sólo en esos años
Pero hoy no es el caso, lo sabes, yo también
¿Por qué seguirte rigiendo por las reglas de ayer?——–
Resiliencia
Recuerda que, aunque la inseguridad y la insuficiencia ataquen, has logrado mucho.
Recuerda que, aunque la ansiedad te embista, siempre puedes respirar.
Recuerda que, el que la nostalgia te haga ver atrás, es una invitación para agradecer.
Recuerda que puedes negociar con tus espectros: no deben ser enemigos.
Recuerda que, mientras más sueltas el control, menos lo necesitas.
Recuerda recordarte constantemente lo que necesitas el día de hoy.mayo 27, 2020 a las 7:23 pm #13109Gabriel Schutz
SuperadministradorEl texto me parece muy bueno, no sólo por su apuesta polifónica, sino porque, además de identificar a los espectros, se describen las relaciones, los procesos con cada uno, y en esos procesos hay un camino hacia la integración. Con la palabra «integración» no quiero sugerir condescendencia, dejarse avasallar por el espectro, sino un reconocimiento de lo que es: cómo se aparece, qué parece aportar, cómo condiciona o limita, y sobre todo, cuál es el camino para trascender esa limitación.
El asunto, como muy bien haces aquí, es concientizar los espectros, sabiendo que ni son distintos de uno, porque ahí están, ni tampoco son propiamente uno, porque eso supondría identificarse con ellos y en ese preciso instante uno queda bajo su poder. Integrar quiere decir reconocer ese epifenómeno de la conciencia, sabiéndolo un simple epifenómeno de la conciencia y nada más. Éste es un modo de tirar los espectros al lago: no rechazarlos, no alimentarlos, mantener la ecuanimidad. No son enemigos, pero tampoco son propiamente amigos, si bien, a partir de ellos, de una buena «conversación» con ellos, se puede crecer. Pero, una vez trascendidos, se disuelven solos.
Esta dirección se ve en tu texto, sobre todo, en la alquimia que sugieres bajo el imperio de la nostalgia, donde las lágrimas pueden ser transformadas en gratitud, pero se ve, sobre todo, en la última sección, oportunamente titulada «resiliencia». Es muy lúcida esa parte y cierra muy bien todo lo anterior.
En algunos casos es importante entender el carácter del espectro con mucha precisión, sin agregarle ni quitarle nada. Por ejemplo, la ansiedad se aparece en tu mente como una especie de ayudante de rostro áspero y voz severa, que te impulsa cuando tu voluntad flaquea, y al final viene a exigir crédito por tu productividad. ¿Es así? ¿Llevar a término un buen trabajo NECESITA de la ansiedad? ¿No podría uno tener otras motivaciones fundamentales?
Un problema con los espectros, que es importante avistar y que forma parte de su propio carácter espectral, es que se aparecen como si fuesen indispensables (necesarios), cuando no son más que un fantasmagoría evanescente. Un condicionamiento siempre tiene ínfulas de necesidad: si x, entonces y, así funciona un condicional. Pero la coma, después de «x», no implica que si x, entonces, necesariamente, sobreviene y. Llegamos a creerlo así, sólo porque estamos condicionados, es decir, porque el espectro no se ve en su naturaleza insubstancial, sino como algo real, sólido: «Sin mí tú no puedes alcanzar altos rendimientos».
Es importante considerar que el pensamiento más claro, la palabra más veraz, la acción más hábil surgen precisamente cuando no hay espectros que empañen ese «cristal» (la mente natural, el logos); cuando no hay condicionamientos de ningún tipo, pues los espectros son eso. Entonces se da, como dice el Tao Te King, la acción perfecta, la acción que NO DEJA HUELLA, que no proviene siquiera de un esfuerzo de la voluntad, sino que es espontaneidad pura. El taoísmo le llama a esto wu wei, acción sin acción (o sin esfuerzo).
junio 30, 2020 a las 7:07 am #13541Agustin Emmanuel Espinosa Bataz
ParticipanteDebo admitir que la primera vez que leí esta respuesta, me costó trabajo entenderla y aunque planeaba responderla, terminé por olvidarla hasta ahora.
Hoy, leyéndote de nuevo, me doy cuenta de que he estado tan acostumbrado a la presencia de la ansiedad, que no había ni considerado la idea de que no esté cuando se trata de productividad (o sea, como “trabajar con lo que tengo” y cederle al menos ese territorio, a cambio de que no invada otros). Pero la realidad es que recientemente he notado que no es tan necesaria, por lo que ahora sí que me parece plausible el que se vaya disolviendo…
Me parece pertinente atribuir mi “olvido” a que en su momento -ahogado hasta el cuello en la ansiedad de la tesis- me parecía un mensaje indescifrable o inaplicable a mí. Ahora, que tengo una relación más “sana” con mi proyecto de titulación, se volvió algo muy facil de identificar con mi experiencia.
¡¡Gracias por tus palabras!!
junio 30, 2020 a las 10:53 am #13547Gabriel Schutz
SuperadministradorQué bueno, Agustín, me alegra que las palabras hayan sido, después de todo, de alguna utilidad. Gracias por responderme.
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