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Fanny.
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junio 25, 2020 a las 5:49 pm #13466
Fanny
ParticipanteMi bisabuela nació en 1889 y murió en 1993, se llamaba Domitila, nombre romano, le decíamos tilita. Fue una mujer muy bonita, tenía los ojos color azul profundo, rubia y de cabello rizado, a su mamá se la robó un revolucionario, a ella y sus 3 hermanos los cuidó su abuela materna. Dicen que tilita quería mucho a los perros, contaba que cuando su abuela la mandaba a cuidar a las borregas prefería quedarse a dormir con los perros que regresar a casa lo que me hace entender por qué fue tan ruda con mi abuela Romana, ella con mi mamá y mi mamá con nosotras aunque no de la misma manera. Definitivamente es una cadena de carencias que debe romperse pues deduzco que la abuela de mi bisabuela fue ruda porque seguramente su madre lo fue con ella y así sucesivamente, una cadena que en mi caso y con un poco de más consciencia, debo romper con mi hija.
Tilita fue muy dulce con algunos de sus nietos y bisnietos pero atrás de esa dulzura había una mujer que se hizo en el dolor y en el abandono pues su padre murió cuando ella era adolescente por lo que ella y sus hermanos se fueron a otro municipio a buscarse la vida.
Se casó y tuvieron una tienda de abarrotes donde vendía muchísimas cosas, maíz, semillas, pulque, etc. ella trabajó en el negocio y en la familia pero se apoyó en la hija mayor (Romana) quien llevó una fuerte carga fungiendo como madre de sus hermanos pues se encargaban de ellos, lo que reprodujo con mi mamá pero por circunstancias de época mi mamá ya no pudo hacerlo con mis hermanas mayores pues estudiaban.
Tilita tuvo un hijo que la adoraba, él se fue a Estados Unidos y le fue muy bien, se hizo restaurantero así que mandaba por tilita seguido para llevarla a jugar a las Vegas; mi abuela a los 100 años no solo viajaba en avión e iba a los casinos a divertirse, también se tomaba su “chínguere” un vaso con un poco de ron así solito y también pedía un cigarrito en las reuniones y las nietas mayores le daban la mitad o menos. Recuerdo que le gustaba mucho comer pan con nata. Al escribir siento una enorme nostalgia y ganas de llorar pues yo la quería mucho, cuando iba a visitarla me acariciaba con sus manos llenas de trabajo y me daba un beso en la frente; hoy veo a mi mamá con 90 años hacer lo mismo con mi hija.
Dicen que mi bisabuela cocinaba delicioso, se lo heredó a mi abuela y a mi madre sin lugar a dudas, con una sazón que ya se está perdiendo y yo quisiera rescatar para enseñar a mi hija y el tiempo corre. Dice mi mamá que tilita tenía una cocina redonda con un comal grande en medio y a los lados salían las flamas para cocinar platillos de la región como los mixiotes, conejo en salsa verde, guisos de alverjón seco con nopales y tenía a una chica haciéndole las tortillas, también preparaba tlaxcales que son unos panes hechos en triángulos de maíz con canela, piloncillo y nata, por cierto, hace poco los hizo mi mamá… en fin, dicen que comían muchas cosas y muy rico, sin duda como en un restaurante de ahora pero sin ese sazón de las abuelas y sin las cocinas de antaño. La comida es cultura, en casa, que somos mayoría las mujeres, nos gusta reunirnos a comer, cada quien hace un guiso o entre todas preparamos varios platillos y nos gustan las cocinas grandes pues es un hecho que lo heredamos de mamá tilita además siempre mientras se cocina se platica de qué ingredientes le ponía mi abuela o abuelo, o mi bisabuela o mi tía o mi mamá, si no está ella, pero casi siempre estamos con mamá compartiendo experiencias de todo tipo y nos encanta la música y el “chínguere” mientras se hacen moles, tamales o pozole pues esos guisos se llevan su tiempo.
Otra cosa que heredamos de la bisabuela en el ámbito familiar fue el matriarcado solo que es chistoso pues mi abuela Romana (su hija mayor) fue una mujer pasiva pero no así con mi mamá que fue su hija mayor también e hizo que fungiera como madre de sus hermanos hasta que se casó.
Mi mamá es más como tilita: trabajadora, de carácter fuerte, con mucha iniciativa, participativa en la política, en la comunidad y con un sentido de justicia que me gusta. Ahora veo con mayor claridad el valor de las abuelas, en mi caso, mi bisabuela pues mi abuela estuvo ausente para mí además murió a los 79 años, sin embargo la mayoría no conoció a su bisabuela y yo sí, fue longeva, vivió 104 años, de buena madera, ella fue mi abuela, la que me dio ese cariño, el abrazo en la infancia, la sensación de pertenencia y la comprensión de mi carácter heredado no solo en los genes sino en el ethos familiar de las mujeres.
Disfruté enormemente haber hecho este recorrido en el tiempo con las mujeres en mi vida, así recuerdo de dónde vengo y qué voy a enseñarle a mi hijita. De igual forma reconocer por qué mi mamá es como es y yo soy como soy, Por todo lo bueno gracias, de todo lo malo aprenderé, es mi deber.-
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Fanny.
junio 28, 2020 a las 9:52 am #13514Gabriel Schutz
Superadministrador¡Sin duda un texto matriarcal! Recuerdo que, hace ya nueve años, en un experimento que organizó una amiga para el 11-11-11 (11 de noviembre de 2011), nos reunimos varias personas a compartir saberes y una de ellas, que llevaba un tiempo estudiando y dando consulta de constelaciones familiares, ofreció hacerlo con distintas personas. Yo fui uno. Tenía entonces un cierto asunto atorado con mi papá y la mujer le pidió a otros tres hombres que hicieran las veces de padre, abuelo y bisabuelo. Se pusieron en una fila, éramos una especie de columna. No voy a relatar aquí qué sucedió entonces (fue muy bello y, si bien una miniconstelación, muy útil), pero recuerdo que, cuando le tocó el turno de hacer su constelación a una mujer, el procedimiento fue distinto: se organizó una ronda. Los hombres en fila (en línea), las mujeres en ronda (en círculo). Como si fueran los principios cósmicos elementales de yin y yang. No puedo olvidar que, en artes marciales, se enseña que un golpe recto se quita con una defensa circular y viceversa, un golpe que viene en círculo, estilo gancho, se corta con una defensa recta. Aquí otra vez la recta y el círculo interactuando.
La cocina de Tilita, circular, con el enrome comal en medio, parece representar el hogar (la llama) que el nombre Domitila mienta (del latín “Domus”, “hogar”, la del hogar, la que ama el hogar) y en torno al cual se congregan, al menos desde entonces, las mujeres de este matriarcado de cuatro generaciones que tu hija pequeña parece llamada a perpetuar. Los hombres casi parecen accidentes en este texto (texto-tejido), al punto que cuando leí que “había una mujer que se hizo en el dolor y en el abandono pues su padre murió cuando ella era adolescente” casi me sorprendió que existiera un padre. Dices que han heredado ese matriarcado y no sé bien en qué consiste, salvo en el hecho de que las mujeres gobiernan en el ámbito doméstico y en la educación de los hijos, y que las mujeres han sido, según entiendo, especialmente severas con las propias mujeres. Visto desde otro lugar, ¿no podría ser todo esto considerado, paradójicamente, un patriarcado? Y si es así, ¿dónde quedan las ideas de matriarcado y patriarcado?
Sentí el gozo de la escritura en este texto. ¡Bravo, de eso se trata! Me pareció atestiguar cómo se te iba revelando eso que sabes bien, porque corre en tu sangre, pero que, por así decir, las palabras iban desplegando ante tus ojos. Más allá de la buena crónica y la buena semblanza de tu bisabuela, el texto tiene el sabor de esa búsqueda y el consecuente descubrimiento. Me queda la pregunta (posiblemente como hombre), sobre el lugar de los hombres, pues no hay hombre sin mujer ni mujer sin hombre (en un mundo unisexuado no habría sexos), como no hay día sin noche ni noche sin día. Dicho de otro modo, esas mujeres fueron como fueron, en parte, por los hombres que estuvieron o no estuvieron ahí, del mismo modo que los hombres que estuvieron o no estuvieron fueron quienes fueron, en parte, por todas estas mujeres.
Por último, ¿aprender es un deber? ¿O una responsabilidad? No es exactamente lo mismo. “Deber” me remite a deuda: debo X. Responsabilidad es, en cambio, un responder-por algo.
La responsabilidad atiende un llamado. Respondo porque algo me llama. Me llama mi humana responsabilidad, entonces respondo cuidando de los otros, etcétera. He sido dotado de inteligencia, entonces la propia inteligencia me llama, me convoca a cultivarla. Pero no debo aprender, no tengo una deuda con nadie, no es un mandato que me veo obligado a cumplir. Sólo es como si me dijeran “Gabriel” y yo me volteara a mirar quién me ha llamado, es mucho más espontáneo y natural que un deber. Esto en los niños es muy claro. Ellos no actúan por deber, pero tienen una inmensa capacidad de respuesta (hasta que les/nos joden la vida y entonces se vuelven/nos volvemos acreedores y deudores).
julio 2, 2020 a las 1:04 pm #13639Fanny
ParticipanteHola Gabriel. Qué hermoso el nombre de mi abuela, me sorprendió la coincidencia del origen del nombre con lo que ella representa seguramente no solo para mí pues fue madre hasta de algunos de sus nietos. Creo que los hombres de la familia están pero no fuertemente… Tuve un bisabuelo, dicen que muy buena persona y muy tranquilo,
y mi abuelo también, incluso dicen que tocaba la guitarra, era medio bohemio pero lamentablemente solo conocí a mi bisabuela y a mi abuela maternas. Mi padre fue una figura fuerte en mi núcleo familiar, de hecho fue el eje de la familia pero en este pequeño texto se trataba de escribir sobre una persona y bueno, creo que muchos de los que tomamos el curso, por los títulos que leí, escribimos sobre las abuelas o una mujer, pues muchas veces son las que educan y están en casa con los hijos.
Es muy cierto, debo (voy de nuevo) quitarme esa palabra tan horrorosa que es el deber… es un poco exigente, como soy y lo aprendí de mi padre, otro ordo amoris…
Me gusta eso de ser responsable, responder a mi hija y disfrutar con ella el devenir de la vida porque por más que uno pueda planear, es imposible controlar todo, es mejor ir con el fluir de la vida como el viento que toca las ramas de los árboles y mueven sus hojas, como los que veo en mi ventana. La rigidez rompe y entonces aquí asimilo la enseñanza, vivir el momento para tomar las mejores y más sabias o correctas decisiones al presentarse desaveniencias o cualquier tipo de vivencia. Es estar o vivir tranquilos pero siempre alertas, despiertos, lo mas que se pueda conscientes de lo que hay, de lo que puede venir y saber como actuar. Quiero decirte Gabriel, que se dice fácil y es muy difícil contener las emociones en una persona como yo pero estoy empezando a trabajar en controlarlas y dejar que el exterior dicte mis emociones y reacciones. Tuve un sueño al respecto con mi pareja en el que había coraje, llanto, gritos, desesperación y frustración. Ese sueño es parte de una realidad y debo aprender a controlarme porque solo me daño sin llegar a ningún lado. Si tan solo supiera cómo controlar la ira cuando invade mi cuerpo. Dice mi mamá que ella hizo muchos corajes en su embarazo, crees que eso me haya afectado? Yo también tuve un embarazo con momentos muy complicados y mi hija es adorable, casi siempre de buen humor pero se chupa el dedo si algo la estresa. En fin, debo (otra vez yo) aceptar que no todo es perfecto y que siempre quise y quiero y querré no hacerle daño a mi hija pero es inevitable, soy un humano con muchos defectos y carencias tratando de mejorar.
Saludos!julio 3, 2020 a las 9:29 am #13672Gabriel Schutz
SuperadministradorSí, Fanny, yo sé que se dice fácil, pero lleva tiempo, y no sólo contigo, todos tenemos nuestros rollos. Trata de anticiparte a los arrebatos. Velos como representaciones de tu mente que surgen a partir de ciertas creencias; estudia esas creencias, examínalas, desmóntalas por anticipado. Bueno, todo esto, supongo, te sonará familiar, viene del lado de los estoicos.
La otra práctica que a mí (de temperamento natural fogoso, colérico, intenso) me ha ayudado muchísimo es la meditación budista. Particularmente, en lo que toca a lo emocional, la meditación conocida como Metta bahvana, traducida a veces como “conciencia amable” (detesto este título secular y cobarde), pero que literalmente significa “cultivo de amor incondicional” o “cultivo de amor benevolente” (bahvana = cultivo; metta = amor). En internet seguramente encuentres material sobre esto. Yo voy a grabar mañana un audio conduciendo esta meditación a lo largo de 20 minutos, para un curso sobre manejo de la ira (que estará aquí, al aire, en unas dos semanas, estimo). Si te interesa, te mando el audio; y ni que hablar que si te interesa, puedes tomar el curso. Bueno, no quiero ponerme a hacer promoción aquí, lo importante es que, más allá del trabajo consciente que puedas hacer, y para eso creo que los estoicos son sumamente útiles, la posibilidad de cultivar “emociones positivas” (otra expresión que detesto) practicando Metta es de inmensa ayuda, porque interviene también sobre el subconsciente.
Entiendo lo que dices del ejercicio, que te concentraste en una mujer y el papel de las mujeres en cuanto a la educación. Es tal cual. Lo que yo he observado en este taller es que las mujeres escriben sobre mujeres y los hombres, en general, sobre hombres.
Saludos para ti, hasta pronto.
julio 3, 2020 a las 4:57 pm #13675Fanny
ParticipanteExcelente, Gabriel, me interesa el curso. Ahí me vas poniendo al corriente. Saludos!
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