Etiquetado: amistad, Amor, Disfrute, Experiencias, Resiliencia
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Gabriel Schutz.
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octubre 23, 2020 a las 11:01 pm #14454
Rosiris Sofuá
ParticipantePRIMAVERA
Nací del vientre de una quinceañera, esta edad primaveral me transmitió mucha energía, mi padre ya estaba en el verano con 22… fui deseada, sentida. Mi madre sabía que era hembra sin estudios que se lo confirmaran, compró zarcillos. Me adelanté, fui prematura, frágil y con un maltrato importante en la cabeza por lo forzado del parto, motivo que condujo al cuidado con hierbas naturales por parte de mis abuelas y la promesa de mi primaveral madre, “ella será muy inteligente, esto no le va afectar nada en su cerebro, la Virgen del Valle me hará el milagro”, y allá fue a pagar la promesa, una cabecita de oro.
Mi primavera transitó entre el milagro de la vida, la cabeza curada, el sano desarrollo y crecimiento, todo un mundo de expectativas centrados en la inteligencia y el conocimiento, eran los sueños dorados de mi mamá, que fue tan estudiosa pero que por casarse a la fuerza a los 14 dejó de estudiar. El rol de la hermana mayor, el liderazgo que poseo de forma natural tuvo sus orígenes en la crianza, “a su hermana la respetan porque es la mayor”, “su hermana sabe lo que dice, además da buen ejemplo”. Mis seis hermanos, todos en fila, uno o dos años de diferencia entre sí y yo al frente.
Los jóvenes esposos, mis padres, vivieron un tormento de pasiones, entre la ternura y la violencia; ambas intensas, ambas impactantes… presencié escenas de profundo dolor, siempre protegiendo a mis hermanitos… siempre buscando la paz que brindaba mi cama y la habitación, la lectura, las tareas escolares, la poesía y la música.
En el camino académico fui destacada. Era no solo la mejor calificación en el cuadro de honor, también era la delegada de curso, la que organizaba las fiestas de cumple, la que dirigía las protestas en el liceo, la del centro de estudiantes… mi primavera fue un encuentro de emociones, supe enfrentar sabiamente las adversidades que experimenté en el hogar, la contradicción de afectos en una pareja que ahora veo como muy frustrada en sus sueños, pero muy responsables en lo que emprendieron, el hogar y sus siete hijos… falleció el segundo cuando era un bebé… falleció el ultimo cuando tenía 28 años… aunque no fue en mi primavera, en este momento viene a mi mente mi amado hermano…
Fui una niña juguetona y soñadora… siempre quise tener mi profesión, un hogar con dos hijos, y si era necesario muchos esposos, pero no tolerar lo que había vivido mi madre… mucho maltrato para permanecer con el esposo y el padre de sus hijos…
En retrospectiva, mi primavera fue una preparación absoluta para el resto de mi vida, un regalo del Universo para ser quien soy, soy Resiliente y es mi naturaleza la gratitud… era esta la vivencia que debía tener… no hay duda. Mi maestro Juan me enseñó la poesía a los 8 años de edad, leía a Neruda, Andrés Eloy y los cuentos de Pocaterra. Mi maestra Miriam me hablaba de un mundo fuera del barrio, al que podía pertenecer. Mi maestro Freddy forjó mi carácter…
Mi primavera culmina con el ingreso a la Universidad Central de Venezuela, estudiar Psicología fue una casualidad o causalidad… mi opción consciente era Medicina o Derecho, y como hacía falta una tercera opción, pues creí que Psicología se parecía “un poco” a mi… allí quedé seleccionada, con 19 años ingresé y fue ver el mundo que me había mostrado mi maestra Miriam y todos los maestros de la vida. Fue el orgullo de mis padres y hermanos, de los vecinos del barrio y de mi misma, porque ser Ucevista era el sueño de todo joven que reconoce la falta de recursos económicos pero sostiene sus deseos y aspiraciones… así entré a la UCV La casa que vence las sombras… conocí a mis amigas del alma… en el aula de clase como imanes nos conectamos, Lisbeth, Thais, Lisett, Odalis, Zamary… aun somos amigas, ellas y mis amigas del liceo, Verónica, Osquelia, Merly y Rosa.
La amistad es un pilar en mi vida… creo en la amistad como el lazo de hermandad que la vida permite, la familia que se elige, el vínculo que te alimenta. Mis amigas y amigos son mi otra familia.VERANO
Este periodo es crucial… cinco años en la UCV y un cumulo de experiencias, los primeros amores, enamorada romántica eterna. Viví historias intensas, correspondidas y profundas. Viajé con mis amigas por Venezuela, nunca lo había hecho, las carencias del hogar lo impedían… con mis amigas viajé a Barquisimeto a la casa de Zamary… un carnaval espectacular, me sentía tan extraña fuera de las garras protectoras de mi madre… tenía 20 y no me dejaba salir más allá de su vista… luego conocimos Mérida, que se convirtió en mi estado favorito, las montañas, el frio, el teleférico, la calidez de su gente… Barinas… Táchira… Puerto la Cruz… Paraguaná… Los Médanos de Coro… y finalmente ya para graduarnos, La Gran Sabana.
Cada fin de semestre era celebrado con un viaje… todas con nuestras energías activadas… conociendo y creciendo como amigas y hermanas… han sido muchos los cumpleaños compartidos, el día de la amistad, las fiestas de navidad, los cumple de nuestra familias y ahora el de nuestros hijos… somos comadres también.
A los 23 años me gradué de Psicóloga. Tesis con mención Publicación. Una fiesta en mi casa. Los ojos marrones de mi quinceañera estaban a toda luz. La sonrisa de mi padre era reluciente. Mis hermanos parecían tener en mí mayor claridad con el ejemplo a seguir, y en efecto de eso me encargué… lo tenía tan instalado en mi mente. La líder de los seis. Tres hembras y tres varones… todos profesionales… a todos los apoyé y estimulé… amo a mis hermanos, los amo.
A los 24 me casé por el deseo de ya salir de la casa… una historia fugaz e intensa… que fugazmente culminó. Ya empezaba mi promesa de no aguantar mucho a los hombres
A los 26 nuevamente me comprometí… un hombre serio, totalmente distinto al primero… con él no me casé, pero me comprometí de corazón… un año después teníamos nuestro primer apartamento… a los dos años nuestro primer hijo, amado Sebastián, a los tres años nuestra amada Rosibel… vivimos muchos momentos de alegría… disfrutamos cada periodo vacacional…
En simultáneo, mi vida laboral ha sido relativamente estable… 21 años en distintos cargos dentro de un organismo de la administración pública de mi país, reconocida por la gestión transparente y honesta, por el liderazgo ejercido…
En combinación, profesora de varias universidades dictando la psicología en sus distintas ramas: organizacional, motivacional, de grupos, aplicada a la delincuencia y a la investigación criminal. Y lo que me apasiona que es la atención clínica… 23 años ejerciendo ininterrumpidamente… un número importante de pacientes a nivel local e internacional. El espacio terapéutico es parte de mi corazón y de mi alma. Cada vida es un ejemplo para mí. Me entrego, es energía y vitalidad.
Hice otros estudios: postgrado en Clínica… Maestría en Gerencia… distintos diplomados. Estudiar es un espacio que no abandono.
Finalizando el verano perdí a mi madre… un camino doloroso que duró siete años… un camino que la transformó y nos transformó… fue el amor en la máxima potencia. Se fue muy joven, por eso inicio tan pequeña. Quedamos con mi padre. Aún lo disfrutamos.OTOÑO
En el otoño he venido cerrando ciclos, recogiendo la siembra… ya estoy jubilada del organismo que me ayudó a crecer como profesional en todos los sentidos y del que me siento orgullosa… vivencias y logros que se sienten en lo material y principalmente en lo emocional… unos hijos crecidos que ya están en la Universidad, mi Sebas quiere ser Comunicador Social y mi Rosi quiere ser Psicóloga, dice que no será Clínica ni Psicoanalista. Son críticos, muy ellos, sin miedo dicen lo que piensan y luchan por lo que sienten. Me siento orgullosa y los Amo inmensamente.
En el otoño, después de 22 años, una decisión cambió mi vida de pareja. Separados en el mejor de los términos. Sigue siendo muy buen padre. Un año de duelo, un año que me ha permitido transformarme tanto como a los 24 cuando me divorcié del primero… en el Otoño vuelvo a la libertad que tuve en la primavera; con madurez, sin prisa, en modo disfrute.
También en el otoño reinicié estudios como Psicoanalista. Mi sueño de primavera que por múltiples responsabilidades en el hogar y en el trabajo no logré concretar. Estudio y me siento renovada… me siento Feliz.
Me he tomado con mayor seriedad la escritura… ya no son los versos cortos o las poesías clandestinas… ahora escribo. Creo que es absolutamente terapéutico y así se lo he transmitido a mis pacientes.
En el Otoño disfruto de cada amanecer, más que antes.
En el Otoño, respiro con profundidad
En el Otoño propicio encuentros de amigas y amigos y reímos como en la primavera
En el Otoño espero el amor en mi vida… un amor renovado y realINVIERNO
Deseo llegar al invierno con el placer de haber vivido… con el pacer de haber escrito mi vida que pasó las adversidades y aprendió de ellas… me miro escribiendo, atendiendo mis pacientes, riéndome con mis amigas, haciendo tortas para mis nietos… todo, hasta el último respiro que me permita el Universo…
En el Invierno sentiré mi vida en cuatro estaciones, porque será pasar de primavera a verano y otoño siempre…octubre 29, 2020 a las 11:33 am #14469Gabriel Schutz
SuperadministradorUna vida intensa, intensísima, llena de logros, de exploración, de satisfacciones. Parece que el milagro que permitió sobrepujar la primera adversidad, en la hora del parto, se consumó cabalmente.
Ahora bien, tú sabes que mi papel aquí es acompañar los textos que escriben y parte de ese acompañamiento es también cuestionar cosas. En este sentido, algo que me llama la atención es la casi total ausencia de crisis internas. Aparecen adversidades, reveses, pero todo eso es externo, por así decir, y en este arco que has trazado no se deja ver ninguna debilidad, ninguna zozobra, todo es enfáticamente satisfactorio, exitoso, intachable. ¿Son realmente así las cosas? Entiendo que quizá en este espacio no quieras compartir esos aspectos, y si es esto es lo que está en el fondo, está bien, pero si no, me resulta curioso que todo sea tan ufano. Desde luego, digo esto con el mayor respeto y sin dudar que todo cuanto dices aquí es real. Sólo cuestiono si no falta, por decirlo junguianamente, la sombra.
En cualquier caso, es un precioso texto, muy bien escrito, y, puesto que es el texto final del taller, quiero agaradecerte por la intensidad, el compromiso, la sensibilidad que has puesto aquí. Ha sido un gusto leerte y acompañarte.
Por último, si tienes posibilidad y te nace hacerlo, quisiera pedirte si puedes dejar un “review”, un comentario del curso. En la última sección se dice cómo hacerlo. Es muy sencillo, sólo tienes que tener cuidado, si lo haces, con las estrellitas azules que dan la calificación, porque si le pasas el mouse por encima se modifica su cantidad. Sólo asegúrate de que sea la cantidad que quieres.
También quiero invitarte a los otros cursos que doy en esta plataforma. Son de filosofía aplicada y me parece que pueden interesarte, tanto personal como profesionalmente, pues trabajan sobre cuestiones que son materia también de la psicología y el psicoanálisis, y en ellos la elaboración también se da a través de la escritura.
Te envío un afectuoso saludo, Rosiris, ojalá que sigamos en contacto.
octubre 31, 2020 a las 6:38 pm #14473Rosiris Sofuá
ParticipanteHola Gabriel!!!
En efecto existen las sombras, las crisis, por el tema de número de palabras no me quise extender. Queda implícito: cuando hablo de mis maestros de la infancia y la motivación constante, estoy mostrando la sombra de una niña que luchaba interiormente por creer y crecer en medio de las necesidades materiales y afectivas, aun cuando se me reforzó el liderazgo ante mis hermanos, elemento que causó la imposición de un rol que para la edad fue muy duro, ser la hermana cuidadora de cinco hermanos pequeños y batallar con las diferencias que padre y madre sostuvieron… no fue fácil la primavera, pero la poesía y mis amigos me ayudaron muchísimo, soy una mujer afortunada y con una resiliencia tan natural, casi innata, que he obtenido todo cuanto he querido… Cuando muestro mis sombras también parece poco creíble.
Igualmente en este texto muestro una crisis cuando hablo de la separación de pareja a los 48, en pleno otoño cuando ya vas “saliendo” de las responsabilidades con los hijos, entonces quedar sola, aunque en búsqueda del amor, sola, ya un año, ha sido muy duro… muy triste.
Mi refugio en lo intelectual y académico siempre me ha dado frutos. Y siento que el psicoanálisis me salva.Agradezco este espacio maravilloso, tus comentarios tan acertados, tan profundos.
Apenas culmine una actividad académica, a fines de noviembre, me inscribiré en el curso de filosofía… es un placer continuar la revisión personal.
Un fuerte abrazo.
noviembre 1, 2020 a las 9:35 am #14474Gabriel Schutz
SuperadministradorEntiendo, Rosiris, y te agradezco este texto complementario.
También te agradezco mucho el precioso comentario que hiciste sobre el curso. Me honra.
Un fuerte abrazo para ti.
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