fbpx
Viendo 3 entradas - de la 1 a la 3 (de un total de 3)
  • Autor
    Entradas
  • #12929
    Lorena Carrillo
    Participante

    Pensar el día de hoy como si fuera el último extrañamente me llenó de ánimos para experimentarlo y disfrutarlo. Hacer consciente la finitud del tiempo, las personas, cosas me ha hecho valorarlas más. Me sentí dichosa de salir a correr por la mañana a pesar de que hacía un viento intempestivo y frío. El horizonte no luce tan bello como otras mañanas pero si ésta es la última de mis mañanas, respirar y percibir la luz es en sí un regalo.

    Pienso en que a la mayoría de las personas que veré hoy presencialmente son desconocidos. Mis seres queridos están lejos. Hace meses que no compartimos el mismo espacio físico. No me hubiera imaginado que ese sería el caso. Cuando es la última vez que nos sucederá algo, raramente nos percatamos de ello, el último abrazo o beso.

    El virus ha vuelto muy real esas últimas veces, incluso al reencontrarme con amigos, no podré abrazarlos. Reflexiono sobre los seres que más amo y agradezco poder estar con la conciencia tranquila sobre la última vez que hablamos, que estuvimos juntos. Desde hace meses me propuse que un posible eje de sentido de la vida, para mí, sería amar. Agradezco haber podido tomar esa decisión y actuar conforme a esa línea de pensamiento. Aún así hubiera querido más tiempo. Expresar un poco más mi cariño.

    Durante las clases virtuales miro a los participantes: mis amigos. Pienso en lo mucho que los aprecio, a las tardes que pasamos juntos en los salones de clases, en el parque, en el bar los viernes por la tarde. Me percato del cariño que siento por ellos y reflexiono sobre en el sentido de camaradería que hemos desarrollado.

    Le marco a Memo. Extrañaba su voz. Con la mirada recorro como con un pincel las líneas de su cara, las figuras que forman sus cejas con ciertas expresiones.

    Una de las clases vespertinas que suele ser tediosa, hoy no parece serlo tanto. Finalmente es la última y en realidad a menudo en ella surgen comentarios o recomendaciones interesantes.

    Llegó el formato del seguro, en general detesto las labores administrativas, sería miserable si tuviera que ser contadora. Intento recordarme que no es algo que tenga que hacer a diario y que es mejor revisarlo minuciosamente de una vez para que no esté en el fondo de mi cabeza, rumiando. Lo hago, cierro el asunto hasta próximo aviso y recuerdo otros trámites que he estado postergando pero que tendrán que esperar, me lo reprocho un rato. Luego me resigno a retomarlo otro día bajo el pretexto de que la página ha fallado y últimamente sólo me quita tiempo.

    La cena me sabe bien, quería algo ligero y a pesar de que casi siempre el menú es el mismo, me doy cuenta de que lo disfruto, presto especial atención a los sabores y a los aromas.
    La caminata vespertina me sienta bien, qué agradable estirar las piernas.

    #12933
    Gabriel Schutz
    Superadministrador

    Es genial que hayas podido experimentar todo esto que refieres, la ligereza, la gratitud, el aprecio del tiempo y las personas, la sensación de deslumbramiento por cosas pequeñas como un estiramiento, y es genial que lo hayas experimentado de manera tan clara e inmediata. A menudo lleva cierto tiempo y antes de alcanzar todo esto, que para ti fue tan rotundo, hay que atravesar una gruesa capa de melancolía ante la idea de todo lo que YA NO SERÁ (para uno). Me alegra en verdad leer esto, porque en tu texto anterior justo aparecía la tristeza por las personas queridas que no ves hace tiempo, y esta otra práctica te ayudó a trascender esa tristeza. Bravo, Lorena, lo celebro.

    #13174
    Lorena Carrillo
    Participante

    Hola, Gabriel:
    Gracias por tu respuesta. He repetido algunos de los ejercicios del curso, con la intención de seguir incorporándolos (poco a poco) a mi vida cotidiana. Al retomar este ejercicio en particular, me percaté de que al pensar mi muerte, me visualizaba muriendo con edad avanzada. Al pensar la muerte “prematura” (aun siendo joven) sentí cierta desesperación, deseos de haber querido vivir más. Me percaté del amor que uno tiene por la vida misma y la sensación de que aunque a ratos uno la puede pasar muy mal, realmente quisiera seguir viviendo y tener otro día para disfrutar este mundo, ver el sol, sentir la brisa, estar con los que amas.

    Intenté trabajar con la angustia de no haber hecho suficiente. No tuve mucho éxito, es algo que seguiré trabajando. Aún así el ejercicio me dio ganas de vivir cada día con más intención y un poco más de planificación, nada exagerado, pero vivir los días de tal modo que pueda sentirme en paz con lo logrado. Quisiera incorporar progresivamente nuevos proyectos que ahora van adquiriendo especial importancia.

Viendo 3 entradas - de la 1 a la 3 (de un total de 3)

Debes estar registrado para responder a este debate. Login here