Efectivamente, Lucía, es un tiempo especialmente claro para darnos cuenta de cómo estamos relacionados con todo y con todos, cómo la situación del contagio, que esta contingencia ha venido a señalar, es una situación que precede a la aparición de cualquier virus, porque todo el tiempo estamos contagiando y ésa es quizá nuestra responsabilidad (micro)política, comunitaria, primera y última: qué contagiamos y qué no contagiamos; cómo contagiamos, a quiénes contagiamos. ¿Contagiamos serenidad en un momento de tensión, como hiciste tú durante el sismo? Bravo. El fruto de tu práctica está siendo compartido con los demás. ¿Contagiamos amor, sabiduría, comprensión? ¿Contagiamos enojo? ¿Contagiamos sonrisas o malhumor?
Gracias a ti por haber hecho un trabajo tan apreciable en este otro taller en que tuve la suerte de recibirte. También te agradezco por el comentario que dejaste; ya está publicado.
Que sigas contagiando calma y sabiduría.