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Gabriel Schutz.
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junio 30, 2020 a las 7:44 pm #13606
Guillermo Riva Palacio Mier
ParticipanteHe estadio pensando en la impermanencia, y con respecto a la tarea de sentirme parte de un astro concentrándome como es que siempre se mueve en su lugar con respecto al Sol y a los otros planetas, como es que no pierde su velocidad, su elíptica, y va a su ritmo, pero al mismo tiempo se mueve sobre su eje y además no esta en el mismo lugar, porque siempre dentro de la galaxia a la que pertenece se está desplazándose en el universo.
Y así es también en el microcosmos, a nivel atómico y subatómico, es decir el cambio, el movimiento y la transformación, el nacer y morir, y renacer y volver a morir es lo único permanente, así lo he pensado desde hace mucho, nada es para siempre, todo va a terminar, el trabajo, la salud, la escuela, los amigos, la pareja, los hijos, la casa, el auto, el negocio, todo tiene un fin más pronto, o un poco mas tarde y los motivos son un abanico al cual solo podemos anticipar nos en el pensamiento, y será siempre una sorpresa.
Hace un buen tiempo que me ha quedado claro que nada de lo que tengo realmente me pertenece, que me fue dado por mi Padre en el cielo o por el universo, como lo es mi familia, mi pareja, mis amigos, mi trabajo, o la lotería solo fue el medio para obtener algo, y que en algún momento dejaría de ser mío, es uno de los argumentos que uso con mis pacientes cuando sufren un robo, un accidente, una perdida, etc. El concepto de devolución a algo superior (el Universo o Dios), me pareció excelente, ya que este se puede dar en cualquier instante, no solo para practicar el desapego, sino también en las perdidas de cualquier situación, como ahora, la perdida de poder elegir, ir al cine, a comer fuera, a disfrutar de los amigos, la salud, las vacaciones, el trabajo, eso también lo devuelvo para que pueda recibir algo nuevo, y así es.Muchas veces he pensado que hoy podría ser mi ultimo día y que sería lo que debería de hacer, anticipándome un poco, como dices, despedirme de mis cercanos, ayudar a alguien, decirles que los quiero, comer algo especial, saborear vino, y he llegado a la conclusión, de que diario debo estar preparado para ese momento, me gusto tu ejemplo de lo que puede ser ir al supermercado a comprar algo que parece rutinario, sin chiste y convertirlo en algo especial, porque hoy es la última vez que lo hare, y algo que practico es diario decir a los cercanos que los quiero, que están en mi corazón, busco acercarme al que necesita un comentario de animo o entusiasmo, porque recuerdo el poema que dice ¡en vida hermano en vida!, siento que en este momento de mi vida lo útil es querer hacer y sentir todo, disfrutando y gozando el sol, mi perrita, el cielo, el aire, los árboles, los paseos en el parque, la música agradable, los juegos de los pequeños, y atesorarlo en mi corazón porque es realmente lo único que me pertenece, que siento que no me pide el universo que se lo devuelva, o tal vez no lo ha hecho pero en algún momento me lo pedirá, es bueno también anticiparlo.
julio 1, 2020 a las 11:03 am #13618Gabriel Schutz
SuperadministradorGracias, Guillermo, por este texto. Por lo visto, llevas ya un rato en esta línea de reflexiones y prácticas. Son quizá las más importantes, porque al adquirir (o más bien descubrir o dejar que se manifieste) esta consciencia de impermanencia, todo se resignifica de inmediato: los valores fundamentales desplazan las cosas secundarias y cada momento se hace precioso, como muy bien planteas con numerosos ejemplos.
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