- Este debate tiene 1 respuesta, 2 mensajes y ha sido actualizado por última vez el hace 2 años, 7 meses por
Gabriel Schutz.
-
AutorEntradas
-
agosto 2, 2020 a las 10:28 am #14031
Israel Colin
ParticipanteHace tiempo leía que la palabra responsabilidad se conformaba por dos palabras: responder y habilidad, por lo tanto la responsabilidad no era sino la habilidad de responder. Responder a las diferentes situaciones, circunstancias, personas, etc.
Cuando pienso en los ejercicios que comentas y la idea de “anticipar” que me podría hacer desarrollar irá a lo largo de mi día, me encuentro también con la necesidad de “fortalecer” mi habilidad de responder ante ello. Se y entiendo que “el otro” no va a ser nunca responsable de mis emociones, sentimientos o bien de la manera en que yo responda ante ello, pero si de generarlos jajaja. O por lo menos es lo que yo pensaba antes de hacer el curso. Es decir, yo pensaba que así como decía Peña Nieto “el presidente no se despierta en la mañana pensando cómo hacerle para que le vaya mal a Mexico” si creo (o creía) firmemente que como villano de película de Disney, había personas que dedicaban su vida a fastidiarle la vida a los demás. Y a ver, tampoco es qué haciendo el curso ese sentimiento haya desaparecido por completo, solo se que si alguien hiciera algo para “provocar” que yo enardezca y saque el Grizzly que llevo dentro, mi RESPONSABILIDAD deberá ser:
1.- Gracias a la anticipación conocerme y saber que eso casi que sabía que iba a pasar.
2.- Tener una idea (no se si llamarle estrategia) para no caer en la provocación. Al final a diferencia de un animal al que si provocas no puede controlarse, yo debería usar mi razón para que no fuese así.
3.- Meditar en la noche sobre lo acontecido en el día y crear un compromiso y un propósito,
Con entregables “palpables“ que me permitan medir mi desarrollo.Pero una duda que me tiene inquieto desde el inicio del curso tiene que ver con la soberbia de pensar que la forma en la que YO planeo las cosas es no sólo la mejor, sino la única. De tal forma que cuando doy una instrucción a mi equipo y no “obedecen” arde Troya. He pensado en temas desde liderazgo, actitudes por parte de algunos de ellos, etc. Pero hoy me doy cuenta que me enoja que las cosas no se hagan cuando y como YO lo digo. Digo, finalmente como director de un área justamente me pagan por hacer que las cosas sucedan.
Un abrazo Gabriel
agosto 2, 2020 a las 2:08 pm #14039Gabriel Schutz
SuperadministradorTengo que confesar que mi experiencia en el mundo corporativa es exigua, pero, en lo que toca al curso, y esto es, como bien sabes, un razonamiento típicamente estoico, lo que te compete es ser excelente en todo lo que depende de ti para que las cosas se cumplan en tiempo y forma; ahora bien, que de hecho se cumplan en tiempo y forma no depende en último caso de ti. Si eso no sucede, ¿qué beneficio te trae a ti enojarte? ¿En qué sentido un arrebato de cólera contribuye a construir un buen ambiente laboral? Este es quizá todo el punto: la ira no es necesaria.
Por otro lado, Séneca dice en algún lugar que puede ser útil “hacerse el enojado”, porque este tipo de respuesta, dado su carácter determinado y enérgico, a veces es casi la única que puede darse para marcar un límite o romper un obstáculo. Sin embargo, en esta actuación de la ira, uno debe permanecer interiormente sereno y esto es dificilísimo, porque hay una memoria física y, una vez que los gestos físicos de la cólera, necesarios para la actuación, han sido articulados, esto, por sí solo, puede fácilmente desencadenar todo el mecanismo. En otras palabras: hacerse el enojado puede llevar, fácilmente, de manera inadvertida, a un enojo auténtico.
El asunto es poder dar mensaje firmes, enérgicos, sin necesidad de cólera. Supongo yo que en eso estriba también un buen liderazgo.
Un abrazo para ti, Israel.
-
AutorEntradas
Debes estar registrado para responder a este debate. Login here