Etiquetado: Cansancio
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Gabriel Schutz.
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enero 5, 2021 a las 2:46 am #14979
Karen Lhoman
ParticipanteDía 1 -Busco y no me encuentro
Día 2 -Aún no me encuentro en mi propia tierra, sin embargo, se que estoy ahí.
-Me encontré como parte del universo.Día 3 -y en la levedad del festejo lo que menos se festeja es la vida.
– Busco la libertad, sin saber que ella está en mí.
– Y cuando estoy dispuesta a oír,sentir, mirar, percibir, entonces es posible que vislumbre el camino a la libertad.Día 4 – A que le llamamos vivir?, Al momento de nacer y respirar?, A vivir con intensidad, cómo si fuera el último instante de vida, dejándonos llevar por el impulso, siendo presas de la emoción y el sentir, viviendo un intenso día o muriendo en la intensidad de la vida?
Día 5 -Libertad
enero 6, 2021 a las 10:30 am #15005Gabriel Schutz
SuperadministradorLa libertad y la búsqueda, o la búsqueda de la libertad, que parece aquí coincidir con la espontaneidad de los sentidos y con la comprensión del sentido mismo de la vida.
El texto deja ver que buscar y encontrar guardan entre sí una relación tensa. De un lado, parece que encontrar exige buscar; de otro, buscar parece anular la posibilidad misma de encontrar, y esto se desliza en la idea de que la libertad ya está en ti. ¿Por qué habrías de buscar lo que ya tienes? Tal vez porque, te cito, no sabes que lo tienes, que la libertad ya está en ti. Sí, es posible, no sabes, en el sentido de que aún no lo constatas cabalmente, pero al mismo tiempo lo sospechas, lo intuyes y, en cierto modo, lo sabes.
¿Qué es, entonces, la libertad, si es algo que ya está en ti, aunque de manera, digamos, borrosa? ¿En qué consiste esta libertad que puede ser vislumbrada cuando los sentidos están abiertos? Por lo pronto, en una especie de apertura, que no es sólo la de los sentidos, sino de aquella disposición interior que, de no estar abierta, impide que los sentidos perciban cabalmente lo que es tal como es. ¿Y de qué está “hecha” esta disposición interna? ¿Qué es lo que hace que un estado mental pueda no estar “abierto”, sino que tienda a una opacidad o una clausura? Los juicios y prejuicios, las creencias infundadas, las interpretaciones que se dan por hechas sin haber sido cuestionadas, los condicionamientos inconscientes, las identificaciones con esto o aquello en términos de un yo: “Yo soy así”, “Yo no soy así”. Pero entonces, la libertad es fundamentalmente una libertad de le mente, como quieren el budismo y los estoicos: una mente totalmente incondicionada, espontánea, capaz de responder ante lo que se le presenta sin darlo por hecho, en su irrepetible singularidad, con total habilidad en cada caso, sin clausurarlo a través de un juicio.
¿No será esto también vivir?
enero 27, 2021 a las 4:51 pm #15105diegorssanchez
ParticipanteDía 1: Hoy ha sido el comienzo de un nuevo camino.
Día 2: Hoy, después de mucho tiempo, grité a mi esposa.
Hoy, después de mucho tiempo, tuve que pedir perdón a mi esposa.Día 3: Desde hace cuatro noches mi mascota está vomitando. Hoy tenemos cita con el veterinario.
Reconstruyo mi fe con viejos amigos.
Al final no hice lo que planeé para este día, pero me siento bien.Día 4: Desde muy temprano me apresuré para alcanzar los horarios de mi trabajo: Despertar temprano, sacar a mi perro a hacer baño, preparar mi almuerzo,llegar a tiempo al trabajo… Sin embargo, a lo largo del día empecé a darme cuenta que si me tomo las cosas con más calma, disfruto mejor el día.
Día 5: Cansancio
enero 28, 2021 a las 12:50 pm #15109Gabriel Schutz
SuperadministradorEs interesante ver un fragmento de vida en pocas líneas; sus matices, sus altibajos: el entusiasmo, la cólera, el arrepentimiento, la fe, el bienestar, la prisa, la calma, el cansancio. ¿Qué permanece de todo esto? No sería inexacto decir que nada permanece (que todo eso es impermanente), pues ¿dónde está aquella cólera?, ¿dónde el cansancio del día 5, ya fenecido para siempre?
Y, sin embargo, valdría también decir que hay algo que en cierto modo permanece y que está en tu texto, no totalmente explícito, pero en varios lugares: el Amor. El amor a tu esposa, que te hace pedirle perdón (un acto valiente), el amor a tu mascota que te hace cuidarla, el amor a los amigos, con los que reconstruyes la fe, y también el amor a la sabiduría (eso que se llamó hace unos 2500 años philo-sophía) en el entusiasmo por iniciar un camino, en la reflexión sobre lo que hace bien y lo que daña. ¿No es esto, a fin de cuentas, lo más importante: vivir una buena vida? ¿Y no requiere eso del máximo amor y de una cierta dosis de observación atenta de lo que sucede? Pero si esto es así, incluso en los vaivenes, en las cóleras, en los cansancios y los hastíos, entonces lo tienes todo. ¿Qué faltaría si hay amor y atención?
febrero 6, 2021 a las 4:50 pm #15158Laura Brugnola
ParticipanteDia 1
Hoy, dos de febrero 2021 empiezo a escribir sobre este cuaderno mis frases por este nuevo camino en el curso de escritura y autoconocimiento.Dia 2
Simplemente yo soy presente. Las piernas bien estiradas en la postura erecta, los pies bien posicionados a la tierra con los dedos bien separados que empujando en el suelo quieren engancharse a la tierra, también los talones empujan y las plantas de los pies son mi conexión con la tierraSimplemente yo soy presente. Las piernas bien estiradas en la postura erecta, los pies bien posicionados a la tierra con los dedos bien separados que empujando en el suelo quieren engancharse a la tierra, también los talones empujan y las plantas de los pies son mi conexión con la tierra.
Dia 3 4 febrero de 2021
Sasha es mi amado hijo animal: es un perro, tienes casi ocho años y todavía yo no he conseguido enseñarle a obedecer en situación de pelea con otros perros o gatos.
Es un perro bellísimo muy cariñoso con todos los humanos, pero, con los perros machos dominante como él es muy peligroso, nel sentido que puede hacer daño y también puede recibir daño.Hoy he reflexionado sobre lo que pasa con mi perro y he concluido que hasta que yo no aprenda a “entrenar” a mi misma no conseguiré entrenar a mi perro a que me escuche.
Dia 4 5 febrero de 2021
Esta mañana mirando los mensajes de mi móvil encuentro uno con un numero italiano desconocido a mi rubrica. Estaba una foto con una pareja muy bonita, mas o meno de mi edad, se miraban entre ellos con una sonrisa maravillosa. Miro con atención para intentar de reconocer quien son…me parecen desconocidos. Reconozco la calle, he notado unos detalles que de enseguida me han hecho recordar, es mi ciudad, la donde he nacido. El mensaje decía: “cómo te he escrito en Messenger me he mudado en Brindisi, mi madre tiene noventa años y está feliz, Lucia está feliz u yo también”
He compartido la felicidad de estos desconocidos sonrientes…me he sentido feliz.Dia 5 6 febrero de 2021
Plenitudfebrero 9, 2021 a las 10:02 am #15165Gabriel Schutz
SuperadministradorSin duda, estás presente, al menos en esto que escribes. Antes de hacerlo, tenías dudas, inseguridades, me escribiste refiriéndolas, pero te has parado en la tierra, en una postura que parece la de la montaña (Tadasana), y lo has hecho no sólo con los talones, los dedos, las piernas o, en general, el cuerpo, sino también con la palabra. ¿De dónde vienen las palabras? ¿De ese yo que está presente? Pero ¿qué o quién es ese yo y qué es lo que le da la presencia que se requiere para enraizarse en la tierra, en la tierra material y en la tierra de donde brotan las palabras? ¿Es un yo el que está presente o la presencia sobreviene precisamente cuando el yo se retira?
Es muy buena la observación sobre tu perro. Confucio decía algo así como: “Si quieres gobernar a tu nación, comienza por gobernar tu comarca. Si quieres gobernar a tu comarca, comienza por gobernar tu aldea. Si quieres … aldea, comienza por tu clan. Si… clan, comienza por tu familia. Si… familia, comienza por gobernarte a ti mismo“. Así, pues: “Si quieres gobernar a tu perro, comienza por gobernarte a ti misma”. 🙂
Qué bello azar el del día 4. Has sido partícipe de un momento de felicidad y el hecho de que no conozcas a las personas no empaña un ápice la dicha que te produce la felicidad de estas personas. Es un buen ejemplo del potencial del amor que tenemos, más allá de si nos toca o no nos toca algo; más allá de si, para retomar las primeras líneas, nuestro yo tiene algo que ver o no. En budismo esto se llama metta (también aparece en los sutras de Patanjali): amor benevolente, amor incondicionado. ¡Cómo no sentir plenitud!
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