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  • #12649

    1 frase: La verdad es que no hay mapas ni indicaciones y, como todas las búsquedas que aspiran a algo importante, no tiene guía.

    2 frases: Este día la búsqueda ha quedado empantanada entre laberintos y espejismos. Me quito el lodo de los zapatos, el camino ha sido largo y bochornoso.

    3 frases: Las sombras son angulares y filosas, incluso las ramas de los árboles proyectan rectas. Sobre el pasto y las baldosas de ladrillo, se recorta mi figura con la espalda tan doblada que parece estar cargando un bulto invisible. Volteo a ambos lados y detrás de mis hombros y luego agacho la mirada y leo la pregunta que escribí más temprano en la libreta: ¿padecer o amar?

    1 párrafo: En ocasiones tengo esta actitud de desespero ante la vida, es como si algo muy importante me estuviera esperando doblando la esquina, a punto de tocar la puerta de la casa o llegar en forma de llamada o mensaje al teléfono. Entonces tengo que acabar rápidamente lo que tengo a mano, hago la revisión de tal documento, contesto ese correo electrónico, hago aquella compra con mucha rapidez y, si las cosas no siguen mí velocidad, me impaciento mucho. Todo para sacarme de encima los pendientes y poder concentrarme en lo importante. Luego, al terminar el día con los hombros llenos de estrés, por fin me siento con una hoja y me pongo a intentar descifrar esa cosa importante que me estaba esperando. Y, como bien dice la canción: “vida, dulce misterio”, caigo en cuenta que lo realmente importante nunca se queda esperando.

    1 palabra: Tierra.

    #12654
    Gabriel Schutz
    Superadministrador

    Me pregunto si la afirmación categórica de la primera línea, más concretamente si la posibilidad de que ésta sea falsa, no estará íntimamente emparentada con todo lo que sigue: con los laberintos, espejismos, sombras, el pesar, la desesperación. Es verdad que las búsquedas importantes se hacen a tientas, en una especie de opacidad que les es connatural, (en la “nube del no-saber”, como diría un místico del siglo XIV). Pero no es verdad que ese tipo de búsquedas carezcan de guía. Al contrario, puede no haber mapas, pero forzosamente debe haber algún tipo de guía, sea propiamente un guía personificado, un Virgilio, o bien, como dirían los estoicos u otras tradiciones antiguas, un “guía interior”, una guía más sutil. Sin alguna clase de brújula, todo puede volverse laberíntico, pantanoso, sombrío.

    Por otro lado, si hay espera, como sugiere el último párrafo (pero no sé cuán relacionado esté con lo anterior), entonces hay una cierta guía. El tiempo de ese día está guiado, en cierto modo, por la expectativa de eso tan importante que las distintas obligaciones han ido posponiendo. Lo que no alcanzo a ver, aparte de si eso muy importante coincide con “la búsqueda que aspira a algo importante”, la búsqueda que se empantana, y si esa búsqueda es la del amor, lo que no alcanzo a ver, decía, es si eso muy importante, más allá de que pueda ser un acertijo, es algo más o menos determinado. Por ejemplo, si es un desafío de escritura, puede ser, claro, un acertijo a descifrar. Y uno se pasa el día intentando despejarlo de las obligaciones, para poder, al fin, acometer el acertijo. Pero es algo concreto. Sin embargo, la otra ansiedad, la que espera a la vuelta de la esquina, la que podría llegar a través de un mensaje, etcétera, ¿es ansiedad de qué? ¿Cuál es el objeto de este desespero? ¿Puedes identificarlo? ¿Esperas una noticia? ¿Esperas un cambio? ¿Cómo prefiguras que sería? ¿Y será esto lo que te está guiando, sólo que, al permanecer vago e indeterminado, parece como si no hubiera guía? ¿Tiene alguna relación esto con los empantanamientos? ¿Es el objeto impreciso de ese despero el bulto invisible que comba la espalda? Y si fuera el caso, ¿no sería sumamente importante hacerlo visible, dejar que aparezca, que se manifieste, asumirlo, incluso si no te gusta lo que se muestra, para poder empezar a trabajar con él?

    Naturalmente, todo esto no son sino especulaciones, porque el texto, que, dicho sea de paso, está muy bien escrito, es un poco críptico para un lector que no conoce tu circunstancia. Pero es lo que alcanzo a ver y me parece que puede haber algunas preguntas importantes aquí.

    #12672

    Gabriel, muchas gracias por tu retroalimentación.

    Estoy de acuerdo en que los textos me han salido enigmáticos, tomé la ruta de recortar frases de textos más amplios (a excepción del párrafo que si pretendía ser una unidad más o menos acabada). Dicho sea de paso, el ejercicio me ha gustado mucho y vaya que fundar el espacio ayuda (darse el tiempo y el lugar para decirse algo a uno mismo). Es una buena estrategia de meditación.

    Definitivamente, me has dado material para reflexionar y te lo agradezco. Estoy completamente de acuerdo con tu observación sobre la primera línea, bien puede no haber un mapa, pero siempre debe haber una guía si es que hemos de movernos para alguna parte.

    La segunda línea es definitivamente una continuación de la primera, me gustó la imagen del que sale a buscar y vuelve sin encontrar nada porque me he sentido así frecuentemente: fatigado, sucio y con un poco de vergüenza (injustificada quizá). Sobre todo cuando invierto tanto tiempo en algo que no sé si me esta llevando a alguna parte o a donde quisiera (aquí hablo principalmente de mi profesión, soy ingeniero y me he desencantado frecuentemente).

    En la tercera línea, después de las sombras y el aire indeciso de voltear a los lados me interesó introducir una pregunta que me pareció luminosa en el momento; pero que ahora que releo el texto no sé si tiene ese efecto. Padecer o amar, para mí en cada momento puede uno elegir entre los dos: padecer lo que llega a la vida o amar lo que nos toca por destino sea la más grande fortuna o el día más aburrido o doloroso,. Esa idea me gusta, aunque a lo mejor no esta de lo mejor formulada.

    Finalmente, el párrafo sí es una unidad con más intención y lo que quería era dejar como conclusión que las cosas realmente importantes nunca esperan porque siempre están ocurriendo. Y es porque el ahora, el tiempo presente, eso es lo único que importa.

    Me he alargado, te agradezco de nuevo tu tiempo y solo quiero decirte que terminé aquí en tu página porque estoy leyendo La Ciudadela Interna de Pierre Hadot como recomendación de un amigo, me ha fascinado y buscando sobre filosofía estoica (de esas búsquedas que sí dejan algo) me tope con tu página. ¡Saludos!

    #12678
    Gabriel Schutz
    Superadministrador

    Gracias por estas líneas, Carlos. Mira tú qué curiosa manera de llegar a la página. El libro de Pierre Hadot es bueno, pero creo que es mucho más rico leer directamente las Meditaciones de Marco Aurelio (imagino que ya lo habrás hecho).

    No había entendido el sentido de la disyunción “padecer o amar”. Ahora que lo explicitas me queda claro. Y es algo de raíz fuertemente estoica: amar el destino.

    Me alegra saber que la retroalimentación te resultó provechosa. Seguimos en contacto, buen fin de semana.

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