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Si este fuera mi último día como Lucy me gustaría compartir con las personas que quiero, decirles lo afortunada que he sido al haber sido favorecida con su presencia en mi vida. Me gustaría mirar el sol y sentir el aire, sentarme por un momento en una roca, en una banca o en el piso dejar que mis ojos se llenaran con el maravilloso espectáculo de la inmensidad, guardarlo para siempre entre los tesoros que llevaría al partir.
Si este fuera mi último día, quisiera cocinar el almuerzo, beber una copa de vino para celebrar la vida que con sus subidas y bajadas ha sido maravillosa. No importarían los platos sucios, la ropa por lavar o que el piso no estuviera brillante, ya no habría deseos de gloria en mi corazón, ni la intención de comprar un nuevo celular o un par de zapatos, querría sentir la tierra en mis pies y probar el sabor del agua. Cuando me haya ido ya no los tendré y saber que no estarán me hace consciente de lo importantes que han sido.
Si este fuera mi último día querría abrazar a mi hijo y no desperdiciar un minuto sin decirle que lo amo, lo que antes se veía importante dejaría de serlo y, en cambio, aquello que se había normalizado recobraría su verdadero valor. No quiero seguir perdiendo tiempo.
Me gustó mucho este ejercicio porque me sirvió de recordatorio de las veces que nos quedamos atorados en cosas que no valen la pena ( y nos molestamos o entristecemos por ello) y hacemos de ello una tormenta en un vaso de agua. Si en verdad fuera nuestro último día las cosas que llamarían nuestra atención serían muchas veces aquellas que descuidamos por hacer otras que creemos importantes. Esto me recordó lo que ud dijo de pensar de una manera contraintuitiva. En el momento de la muerte no vamos a pensar en lo que nos faltó sino en lo que tuvimos la dicha de disfrutar, si hacemos esto cotidianamente el mundo se ve de una manera dustinta.
Buenísimo, Lucy. Lo que comentas en el último párrafo es exactamente de lo que se trata, teniendo en cuenta que esa “ultimidad” es doble: (1) Por un lado, podría ser el último día que estemos vivos; (2) por otro, este día, este sábado 20 de junio, es el único y último 20 de junio de 2020 que voy a vivir. Me alegra mucho que el ejercicio te haya prodigado todas estas reflexiones y experiencias.
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