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Gabriel Schutz.
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julio 19, 2019 a las 6:15 pm #10073
Ramon
ParticipanteHola. Veo que no se guardó una de las tareas, en ella señalaba que había utilizado, la reflexión sobre lo propio y lo impropio para pensar algunos temas de una relación pasada. En este momento he estado trabajando sobre un tópico que tiene que ver con irascibilidad. En unos días me toca mediar en un conflicto, en principio tengo toda la disposición de hablar de la manera más civilizada posible con la otra persona, la representación que le llega de la situación, tal y como se puede presentar, es que el diálogo será fallido si se presenta la siguiente situación: que esté hablando, que la otra persona piense que ello es un síntoma de debilidad, y me responda con un desafío. En ese momento, suelo reaccionar de manera muy airada y violenta. Después de pensar mucho esta situación pienso que ello se debe a qué no sé qué otra actitud, palabras, etc. podría adoptar yo en esa situación. Suelo alejarme de ese tipo de situaciones porque creo que no puedo desarrollar una estrategia para poder mantener el diálogo. No conozco una forma mejor. Veo que ello es, en muchos sentidos, incapacitante. En la imaginación ensayo respuestas que luego no puedo articular. Quedo pendiente de la respuesta. Saludos.
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Este debate fue modificado hace 3 años, 8 meses por
Gabriel Schutz.
julio 20, 2019 a las 8:21 pm #10077Gabriel Schutz
SuperadministradorRamón, muchas gracias por tu apertura. En tu imaginación has podido identificar ya un escenario dispreferido. Si entiendo bien, tú hablas con calma y la otra persona busca desestabilizar tu calma, aduciendo que eres débil por estar hablando (o por haber tenido la intención de acercarte, o algo así) y, para probártelo, te propone un desafío. Pero creo que la pregunta aquí no es si la otra persona hace bien o mal en interpretar tu actitud como un signo de debilidad, sino si TÚ consideras tu propia actitud débil. En la medida en que puedas revisar minuciosamente si tú mismo estás considerándote débil (no entiendo si por querer mediar en el conflicto, si por tener la iniciativa de hablar, si por hablar sin animadversión), vas a poder manejar esto sin problema. Es decir, si tú mismo consideras que tu actitud es débil, entonces es totalmente seguro que el juicio de esta persona te resultará arrebatador (en cuyo caso, valdría preguntarse, por qué exponerse a una situación así). Pero si, después de examinar tus motivos y someterlos a un escrutinio honesto, concluyes que, pongamos, querer solucionar un conflicto, deponer orgullos tontos en aras de un bien superior, mantener la ecuamididad más allá de provocaciones, es, al contrario, una actitud de enorme fortaleza, y logras asentir a eso y tenerlo a mano contigo, y asumir la FIRME DETERMINACIÓN de ir con eso “en mientes”, entonces es muy probable que nada de lo que esta persona haga logre perturbarte; a lo sumo, sus eventuales provocaciones podrán resultarte DESAGRADABLES, lo que no es más que una cualidad sensual de toda experiencia (en todo momento tenemos sensaciones agradables y desagradables, y ni agradables ni desagradables, es decir neutras: por ejemplo, ahora yo siento una sensación agradable por escribir esta respuesta, pero me duele el talón, porque jugué esta mañana al fútbol y estoy ya veterano, y eso es una sensación desagradable, y la temperatura ambiente no me es ni lo uno ni lo otro). Pero una cualidad sensual no es más que eso: sensaciones impermanentes. En eso no se juega ni tu bien ni tu mal. En cambio, sí se juega esto en mantener el temple y honrar las determinaciones morales que hayas tomado para ir al encuentro. Si la respuesta no es satisfactoria, por favor no dejes de decírmelo y aclararme mejor la situación.
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