Tarea 2

[Abraham Peralta Vélez]

Hola, estos días he llevado un diario de meditaciones que quisiera no dejar en mucho tiempo. En ellas, destaco dos:

1. Hoy sucedió algo que llamó mi atención: me mostré hostil con mi pareja porque me dio la impresión de que ella podía y debía aprender a hacer (cocinar) por sí misma, sin que me pidiera ayuda. Sin embargo, ¿ella debe hacer lo que yo creo?, ¿debo molestarme porque no responde a situaciones como quisiera? Me queda claro que no. Lo que en realidad me molesta, además, no es que haga tal o cual cosa, sino que interrumpa mis actividades; ¿esto no es un hecho malo, molesto, en sí? Se trata de una llamada de atención que interrumpe y desvía mi tención hacia algo que no parece de mi incumbencia, pero alguien más cree que sí. Esto, a veces, me molesta (como hoy) y otras no, entonces también depende de mi estado de ánimo: estrés por una entrega, desvelo, cruda, etc., aunque casi siempre me parece una situación dispreferida, siendo que otras veces estas interrupciones traen, no sé, buenas noticias, hechos bellos: como algún abrazo de mi pareja o un regalo de mi hija, por ejemplo, entonces se vuelven preferidas. Nunca se puede controlar lo que sucede a tu alrededor, además necesario para que tú hagas lo que quieras hacer (en sentido debería agradecer a los demás). Cuando caminas, te puede cagar una paloma. O puede llover cuando quieres sol. Depende ti detener la molestia.

2. Estos días, he sentido un poco de miedo por mi futuro laboral, sobre la influencia de incertidumbre que se vive, porque en unos meses se termina mi beca (mi seguridad económica). Estoy empezando a hacer lo que depende de mí: hacer mi currículo, pensar en proyectos alternativos, ahorrar. Y me hago consciente de lo que no: no encontrar la oferta, el lugar “ideal” o el rechazo. Me da confianza saber que será una situación momentánea, que tarde o temprano saldrá algo. Que si fuera tarde (dispreferido) debo mantener la conciencia de su impermanencia; esto mantendría en mí la serenidad, casi en forma de fe.

[Gabriel Schutz]

Hola, Abraham.

Me alegra lo que comentas sobre tu diario de meditaciones. Sin duda, es una gran herramienta.

En relación al punto 1, todo lo que mencionas está muy bien, razonas con claridad, pero también es importante no negar las propias necesidades, que es un error más o menos típico cuando uno comienza a ejercitarse en la línea de los estoicos. Quiero decir con esto que, más allá de que es cierto todo lo que mencionas (y lo haces muy bien, con gran precisión y ejemplos elocuentes), eventualmente tú necesitas mantener tu concentración, prefieres no ser interrumpido, etcétera, y es importante reconocer esto, siquiera en calidad de un escenario preferido. En este sentido, además de darte a ti mismo los razonamientos para conservar la serenidad cuando te interrumpen, es justo manifestar de manera amable, pero firme, tu auténtica necesidad, no a modo de queja o reclamo, sino como una petición que haces a otra persona, apelando a que comprenda. Esto, manifestar tu necesidad, hacer lo que está en tus manos en relación a lo que prefieres, es parte de lo que depende de ti.

En cuanto al escenario 2, sin duda es un situación estresante y la estás manejando bien. Si notas, miedo y fe (en un sentido amplio de fe) son opuestos: el miedo es la expectación de un mal, la fe es, si no la expectación de un bien, al menos la confianza de que, finalmente, todo acabará resolviéndose de un modo u otro. Desde una perspectiva puramente pragmática, es una posición muchísimo más hábil que el miedo, sobre todo si tú estás tomando todos los recaudos y haciendo todo lo que depende de ti. En esto es importante también la paciencia. Saber que las cosas llevan tiempos que no nos pertenecen y poder mantenerse tranquilos mientras se desarrollan esos procesos ajenos a nuestra voluntad. ¡Vas muy bien!

[Autor]

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