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Gabriel Schutz.
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mayo 14, 2020 a las 6:48 pm #12969
María Lucía Moreno Sánchez
ParticipanteEl entrenador que siembra la duda
Jack no está perdido, fue raptado. Todo está grabado en el video que utilizo para monitorear la calle donde se ubica la entrada de esta escuela de futbol.
No quiero hacer público el video pues no quiero tener dificultades con los vecinos de la calle contigua pues las imágenes registran que el raptor es su vigilante; suficientes reclamos he recibido porque los papás de los niños dejan sus autos invadiendo alguna entrada de esa calle.El amigo del entrenador que exige justicia
Jack no se perdió, lo han secuestrado. En el video del entrenador de futbol se puede constatar quien lo apresó y también podemos comprobarlo si revisamos las cámaras de seguridad de esta calle.
Es un hecho que esto no puede quedar impune pues se trata del vigilante de esta calle y si él ha hecho un secuestro ¡qué clase de seguridad ofrece al vecindario!
Yo creo que es tarea de la administradora de la calle permitir las averiguaciones para que se finquen las responsabilidades que correspondan a ese miembro de seguridad que más bien genera inseguridad para la comunidad. Total, se trata de utilizar los videos de las cámaras para constatar el secuestro o devolver la credibilidad al vigilante, al menos hay que conseguir los videos y que los analice quien está buscando a Jack y ofrece una recompensa por cualquier información.La administradora renuente a verificar los hechos
Yo la mera verdad no quiero hacer el trámite para revisar los videos pues de constatarse el delito, me veré obligada a buscar un nuevo vigilante y no quiero asumir esa responsabilidad. Mi gestión termina mañana y no me gustaría dejar esa tarea pendiente.
Bueno, como todavía tengo este día para realizar las averiguaciones, me doy a la tarea de buscar la llave, grabar los videos y revisar los tramos de todo lo ocurrido los dos últimos días. Reviso con la esperanza de que el vigilante sea inocente y oh¡ sorpresa… a las 13:54, el vigilante toma en sus brazos a Jack y lo esconde dentro de la caseta de vigilancia. Sin más que pensar, entrego los videos a quien está ofreciendo el rescate por la devolución de Jack.La pagadora del rescate
En cuanto me notificaron la ausencia de Jack en mi casa, volví del trabajo y distribuí volantes por toda la colonia ofreciendo como recompensa 10 mil pesos a quien diera información por su paradero, garantizando que no habría averiguaciones.
Entrevisté al guardia de seguridad de la calle contigua quien me aseguró nunca haber visto a Jack.
Estoy desolada, lo quiero de vuelta.
Mi cuñado me ha aconsejado levantar un acta y con ayuda de unos policías amedrentar al vigilante para que me de información. Y eso haré pues los videos de las cámaras resultan evidencia de que el vigilante lo ha secuestrado.
Aunque resulte violento, no me ha dado otra opción pues me parece injusto que siempre negara haber visto a Jack, hasta me ayudó a colocar volantes a lo largo de la calle, me dio por mi lado como si yo fuera una loca.
Ahora sé que lo tomó a las 13:54 y a las 21:53 su hijo vino en una moto para llevárselo quien sabe a dónde.
Mi duda es: ¿por qué no fue significativo para él cobrar la recompensa? Diez mil pesos es más de lo que él gana en un mes.El vigilante y presunto secuestrador
Yo no secuestré a nadie, el perro pasó corriendo asustado por la campana del camión de la basura y yo lo rescaté de que fuera atropellado, a esas horas circula enorme cantidad de autos pues es la salida de las escuelas.
Luego, lo regalé a un muchacho que vende tacos de cabeza en mi colonia.
Cuando vi los letreros, la verdad es que no supe qué hacer, ¿cómo podría yo recuperar ese perro si ya lo había regalado? Pero ya para cuando los policías me subieron a la patrulla y me dijeron que el video era prueba de un delito que me llevaría a la cárcel pues entonces, ya le pedí a mi hijo que fuera a pedirle el perro al taquero y me lo trajera para devolverlo.El entrenador de perros y la interpretación que hace de la mirada de Jack
Jack es un perro joven con ganas de conocer el mundo, en cuanto descubrió la calle quiso salir a recorrerla, no sabía que era tan grande, ruidosa y llena de gente extraña.
Al principio disfrutó la aventura, todo era nuevo: olfateó nuevos aromas, probó carne de verdad, no las versiones de carne en croquetas que come a diario. Lo que ya no le hizo gracia fue percibir un aroma como a perro asado hecho tacos entregados con singular alegría cada noche lejos de su casa.
Fue entonces que la aventura dejó de ser atractiva y se concentró con toda su energía perruna en regresar a su casa. Aunque de regreso a casa se siente seguro, ya probó las emociones de la calle. Así que señoras, ocúpense de cerrar bien el portón cuando salgan a tirar la basura.mayo 15, 2020 a las 10:50 am #12980Gabriel Schutz
Superadministrador¡Qué buen texto! Tiene todo el sabor de un relato policial, el suspenso, los giros de la trama (especialmente cuando le toca hablar al vigilante), la explicación final y retrospectiva que arroja luz sobre el caso (en los relatos policiales, a cargo del detective, aquí, a cargo del entrenador de perros). Compusiste muy bien las piezas, de modo que se fueran complementando y a la vez desplazando ciertas inquietudes para más adelante. El cierre es buenísimo. ¡Toda una vena literaria! Muy buen trabajo, Lucía, muy lúdico y muy agradable de leer.
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