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  • #12493
    Linda
    Participante

    C se suicidó dos meses antes de su cumpleaños.
    M: Adoraba a C, era como un hijo para mí. Junto con mi hermano, eran los niños que yo más quería, con los que peleaba, a los que cuidaba. C estaba lleno de felicidad, era un chico divertido, era guapo, con su cabello chino, su sonrisa amplia, su carácter relajado y ocurrente, con su profundo amor a sus hermanas. C era protector, no dejaba que sus hermanas lloraran, incluso el día de su entierro su hermana mayor trató de no llorar porque a él no le gustaba. Estábamos planeando nuestros cumpleaños, los íbamos a festejar el mismo día porque estaban cerca. El fin de semana previo a su muerte se quedó con nosotros, se tomó fotos, era feliz. No entiendo lo que sucedió. Él no era así, C no tenía motivos. Lo único que se me ocurre es que F le dijo algo. Yo sé que C la quería mucho, de hecho yo le conseguí su número de teléfono. Siento que F no ha sido sincera, no digo que ella tenga la culpa, yo la quiero y sé que también le duele, pero me parece que ella le dijo algo o ella sabía lo que pasaba y no nos dijo. No la odio, pero la verdad prefiero alejarme de ella porque C era como mi hijo y lo mínimo que F pudo hacer fue rechazarlo con amabilidad, o avisarnos, somos familia, así no se hacen las cosas.

    R: C era mi hijo. Yo lo amaba, su papá se fue cuando él era un niño pequeño, C casi ni lo conoció. Le di todo lo que pude, me casé después y le dimos una familia, no sé qué fue lo que sucedió. Iba mal en la escuela, pero nada raro, supuse que sólo era un poco vago, así que le exigí que se metiera a trabajar. Tenía que tener mano dura, no podía permitir que se volviera un drogadicto. Él era rebelde, no escuchaba y a siempre andaba en la calle. No podía desperdiciar su vida, con tantas oportunidades enfrente. Yo trabajo y no tenía tiempo para revisar mucho sus horarios, sin embargo, sé que tenía todo lo que necesitaba. No sé lo que sucedió. Lo extraño siempre.

    F: Mi madre me avisó. Una parte de mí pensó, “Era de esperarse” y ella como leyendo mi mente, lo dijo en voz alta. Desde que lo conocí sabía que algo no andaba bien con él, parecía un chico solitario, descuidado de sí mismo, pero asumí que sólo era la adolescencia. Platicamos tantas cosas y la mayoría parecían berrinches de un joven normal de su edad, consentido pero que se siente incomprendido y se queja de todo, en especial de sus padres. Nos volvimos cercanos, pensé que era porque él se sentía protegido conmigo, en el fondo buscaba una hermana mayor que lo cuidara, yo era un lugar seguro donde platicar sin que los demás se enteraran. Yo lo regañaba, pero sin el peso de un ser superior, sino como una amiga, una hermana, yo lo veía como un niño y lo quería. Me hacía muy feliz la forma en que él me quería también. Pero tuve miedo que C malinterpretara las cosas conforme nuestra amistad avanzaba, así que opté por alejarme un poco, no quería que después me culparan de la inestabilidad de C, no pensé que él haría algo así, sabía que no estaba bien, pero no así y tuve miedo de ser yo quien lo lastimara. Tras la muerte de C, me cuestioné mucho tiempo si yo hubiera podido hacer que las cosas fueran distintas, si tuve la culpa de no pedir ayuda, de pensar que era normal que se quejara, si M y G me perdonarían, si C me odió, si mi intento por no hacerle daño, terminó siendo lo peor que le pude hacer, si alguien más pensaría que no hice nada por él.

    G: C era mi primo y uno de mis mejores amigos. Yo lo quería mucho, era casi un hermano, él era tipo divertido, no entiendo cómo fue que hizo esto, yo creo que fue por su papá, lo odiaba, me lo dijo muchas veces, de hecho, lo odiábamos los dos. El padre nunca estuvo y un día llegó como si nada a exigir respeto, pero sin dar nada. Aun así, creí que C lo había superado, eso pasa. Últimamente era muy cercano a F, a mí me daba risa, F es incluso mayor que yo, dudaba que le hiciera caso, además, ella es súper seria, parece una señora para ser tan joven, no entiendo como alguien tan desmadroso como C busque a alguien tan tranquilo como con ella. Yo quiero a F mucho, la conozco antes que la conociera C, es buena onda, sólo me sorprendió su acercamiento. No me molesta que F rechazara a C, si es que lo hizo. Pero sí me molesta un poco que ahora descubro que F sabía muchas cosas sobre C que yo no sabía, o que a mí me las contó de forma distinta. Si él y yo éramos como hermanos, me enoja darme cuenta que no fui capaz de guiarlo, y que resultara que estaba más deprimido de lo que aparentaba. Resulta que cosas que conmigo decía en forma de broma con ella sí las decía como queja. No sé, siento que le fallé como hermano, porque si no lo cuidaba yo ¿quién?

    #12513
    Gabriel Schutz
    Superadministrador

    A la luz de tu texto, no puedo no pensar en aquella idea de Camus según la cual el suicidio es el problema fundamental de la filosofía. Un suicidio es siempre como un agujero negro incomprensible, una especie de antimateria que no se deja asir y eso lo transmite muy bien tu texto: el pasmo, la perplejidad, la imposibilidad de comprender.

    Me pareció muy lograda la multiplicidad de perspectivas y cómo juegan unas con otras. A diferencia del cuento de Akutagawa, donde la última pieza del rompecabezas, la voz del muerto, termina de resolverlo, aquí la última pieza permanece enigmática. Imposible comprender desde ninguno de los otros puntos de vista. Y eso le da una enorme fuerza al escrito.

    Literariamente hablando, encuentro el texto muy cuidadoso y equilibrado, muy bien construido. Se lee con interés y aun con placer, más allá de lo terrible que se cuenta aquí.

    Me interesa saber qué te produjo a ti la escritura de este texto, dado la dramático de las circunstancias. ¿Pudiste comprender otras posiciones? ¿Se aclaró algo de esa situación?

    #12595
    Linda
    Participante

    Hola, pues nunca hablamos del tema directamente, sólo hacemos mención de ello en algunas conversaciones. Sin embargo, como ya pasaron muchos años, se van sabiendo poco a poco las perspectivas, como que se escapan en ciertas palabras o gestos. Pero nunca lo hablamos, coincido con que es como un agujero y cada quien lidia con él de la mejor forma que puede. Creo que ha sido una de las experiencias que más me ha hecho reflexionar, pero al final no llegas a una conclusión. Hay días que creo que fue un ejercicio de libertad y autonomía que no debe cuestionarse, otros creo que fue una tragedia, otros creo que es mejor eso a que fuera un adicto que se dedica a robar, y otros creo que sólo nos hizo falta tiempo. Es raro considerando que en realidad no eres partícipe realmente o no sabes, porque no sabes por qué lo hizo.

    #12626
    Gabriel Schutz
    Superadministrador

    Hay una enseñanza importante en esto que mencionas: la posibilidad de vivir en el no-saber. Estrictamente hablando, ¿qué sabemos? ¿Sabemos si veremos la luz mañana? No sabemos nada. Pero creemos saber. Y sin embargo, asumir el no-saber es una posición sumamente realista; cuando esto se da de manera feliz, constituye, además, un gran alivio.

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