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Agustin Emmanuel Espinosa Bataz.
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abril 29, 2020 a las 5:20 am #12700
Agustin Emmanuel Espinosa Bataz
ParticipanteNota: hice un primer intento de hacer este ejercicio como una hypomnemata completa (con anticipación y retrospectiva), pero me pasé por mucho de las 500 palabras. Así, sólo deje el ejercicio como la retrospectiva, intentando incluir en la prosa los elementos requeridos en la tarea (reconocer las representaciones, reacciones, emociones, juicios, la representación cataleptica, e incluso algunos antídotos).
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Estos días ha habido una constante lucha por cuidar las porciones de comida (al parecer la cuarentena hace que la familia se ponga de respostera). Aunque has sabido pisar el freno, por momentos te arrebatas y para cuando te das cuenta, ya dejaste que un pie (que sólo es masa, huevo, azúcar y fruta) te ganara, comiendo la mitad con avidez e incluso ansiedad. Aunque el sabor es muy placentero, sólo dura un rato y te deja abotagado para cuando quieres ejercitarte, además de que llega la pesadez luego de comer mucho que te deja adormilado (lo cual no tendría problema si no estuvieras intentando poner en orden la vida académica en línea). Recuerda que el hecho de que haya pan, dulces y demás comida que te gusta en gran cantidad, no implica que seas tú quien deba comerla toda: los días que te has resistido y has aplicado lo de la uva pasa a una pequeña rebanada, has disfrutado con plenitud sin atiborrarte. Además, no depende de ti que tu familia quiera cocinar (en algo deben usar su creatividad y energía durante el encierro), por lo que tampoco corresponde que te frustres por tener en frente tantos alimentos. Algunos antídotos que, cuando te frenas y los usas son útiles, pueden ser: recordar la meta clara de llegar a cierto peso, la lentitud al comer, la constancia, la perseverancia e incluso la consciencia.
La otra situación que te ha arrebatado es la noción de que no estás trabajando lo suficientemente bien. Cuando tus maestros elogian el trabajo de otro, a veces piensas que eso puede indicar que son mejores que tú, lo cual incluso te has dado cuenta que puede tener que ver con la procrastinación y la desmotivación por lo académico. Te llenas de preocupación, noción de insuficiencia, incluso miedo y tristeza. Al final, piensa que el hecho de que un maestro que en 6 meses ni volverás a ver, le dijera 3 palabras alegres a tu compañero por unas diapositivas en las cuales tú no tuviste que ver, no implica que te esté comparando a ti. Además, conoces algunas cosas que te han ayudado en la vida académica: esa “ansiedad” que en otros lugares puede traer problemas, aquí te permite ser minucioso y entregar labores detalladas; también tu gran creatividad, capacidad de adornar los textos académicos con figuras literarias, y el gusto que te da ayudar a los pacientes en terapia.
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¡Gracias por la atención!
abril 29, 2020 a las 2:35 pm #12707Gabriel Schutz
SuperadministradorCaptaste muy bien el ejercicio, Agustín.
Se trata de detener la impresión y depurarla de todas las inferencias espurias, de todas las extrapolaciones que vienen con ella, a menudo tácita, inadvertidamente. Esto lo haces con mucha claridad: Que haya comida no implica comerla toda tú. El halago al trabajo de otro compañero no implica una desvalorización del tuyo; muchísimo menos una desvalorización de ti. Esto último es sumamente importante: no se trata nunca de ti, de todo tu ser (y es uno de los saltos espurios “clásicos”).
Muy buen trabajo.
abril 30, 2020 a las 6:48 am #12748Agustin Emmanuel Espinosa Bataz
Participante¡Muchas gracias! Voy entendiendo cada vez más la necesidad de “ejercitar” este modo de pensar, me he dado cuenta de que mes muy fácil reaccionar abruptamente (asentir) ante muchas cosas, sin pensarlo
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